La investigación, publicada en la revista Current Biology, analizó a nueve lobos de dos manadas, a quienes les midieron la hormona del estrés (cortisol) cuando uno de ellos se separaba del grupo.
Y aunque el cortisol se elevó en todas las separaciones, el aullido era mucho más pronunciado cuando el que se había ido era un lobo cercano, demostrando así los lazos que forman dentro del grupo.
“Nuestros resultados sugieren que la relación social puede explicar más sobre la variación que vemos en el comportamiento de los aullidos frente al estado emocional del lobo”, señala Friederike Range, del Instituto de Investigación Messerli de la Universidad de Viena.
Fuente: http://www.latercera.com/noticia/tendencias/2013/08/659-539159-9-cientif…