Según de los comerciales de la compañía aérea, Hugh Dunleavy, cuando un avión cae en el océano es como si chocara contra roca y los restos pudieran esparcirse en un área muy extensa.
La otra dificultad, apuntó Dunleavy, incluye la geografía de las profundidades donde se supone se desplomó el avión (sur del océano Índico), en el cual, explicó el técnico, hay montañas y cañones.
El Boeing 777-200ER desaparecido hace poco más de tres meses y medio, trasportaba 229 personas, incluidos 227 pasajeros y 12 tripulantes.
En búsqueda de sus restos, han acudido efectivos de 26 naciones que han utilizado aviones, barcos y submarinos, pero hasta ahora nada se ha encontrado.
Fuente: Prensa Latina